El proyecto contribuyó a promover el acceso a la seguridad alimentaria de familias de la periferia urbana de Cusco, generando condiciones para. enfrentar la actual crisis, articulando y fortaleciendo la institucionalidad y las capacidades de la población en la producción de alimentos para el autoconsumo, el acceso a los programas sociales alimenticios en condiciones dignas y seguras y el adecuado manejo y consumo de alimentos saludables.

Con un primer componente, el proyecto promovió la producción de alimentos para el autoconsumo de las familias de bajos recursos económicos. 59 familias capacitadas y monitoreadas produjeron de 2.437,7 kg de hortalizas mensuales en beneficio de 2.563 familias a través de 49 biohuertos y 10 invernaderos instalados en pequeñas parcelas, cuyos suelos fueron mejorados con el uso de compost o abono orgánico producido por cada familia; además, dispusieron de sistemas de riego por goteo para optimizar el agua reciclada que aprendieron a almacenar para el riego de los cultivos de hortalizas.

En una segunda línea se facilitó el acceso a los programas sociales alimenticios en condiciones dignas y seguras a partir del reconocimiento de 13 organizaciones como Organizaciones Sociales de Base -OSB-, quienes pudieron acceder a alimentos trimestralmente proveídos por el Programa de Articulación Complementaria asegurando la atención de un promedio de 983 raciones de comida diarias (21.626 raciones al mes) para la población más vulnerable a precios accesibles (0,4 €), siendo el 10% de las raciones destinadas a población condición de abandono, orfandad o discapacidad sin coste alguno.

Lideres y lideresas de las organizaciones sociales promovieron la participación de la población más vulnerable de sus organizaciones en otros programas sociales, implicándose en la socialización de los requisitos para participar en los diferentes programas. 605 personas conocieron esta información a través de fichas informativas socializadas a través del WhatsApp, vía web y a través del conversatorio virtual desarrollado.

En tercer lugar, con esta intervención se desarrollaron las capacidades de 319 mujeres y 64 hombres en el adecuado manejo y consumo de alimentos saludables, comprobándose en el monitoreo a 65 familias de las personas capacitadas, que el 80% mejoró sus prácticas en la preparación de alimentos saludables, buenos hábitos de un, identificación e ingesta de alimentos de alto valor nutricional e identificación del estado de conservación de alimentos. A nivel de las organizaciones sociales, la colocación de 8 sistemas de almacenamiento con reservorios de 650 litros y la capacitación a 69 lideresas y 6 líderes en el mantenimiento de los reservorios y la potabilización de agua contribuyeron significativamente en la mejora de las prácticas en la preparación de alimentos saludables en 8 organizaciones.

Estos aprendizajes fueron difundidos a través de spots transmitidos en medios radiales, televisivos, en los sistemas de perifoneo de los mercados y durante las capacitaciones a las organizaciones sociales, así como a través de la página web, sensibilizando a más de 20.000 pobladores de la ciudad de Cusco, y contribuyendo a la mejora de hábitos y prácticas para el adecuado manejo y consumo de alimentos saludables, siendo un recordatorio para la población ya capacitada.

Un último resultado buscó fortalecer la institucionalidad local para la promoción de la seguridad alimentaria de las zonas vulnerables de la ciudad de la ciudad de Cusco, lográndose un trabajo coordinado desde las Instancias de Articulación Local IAL de los distritos de Cusco, Poroy, Santiago y San Sebastián, en cuyos planes se incluyeron actividades estratégicas del proyecto para su desarrollo en sinergia con funcionariado y personal técnico municipal y del sector salud, con quienes se organizaron 6 ferias distritales donde 1.744 personas fueron capacitadas para lograr acceder a una mejor alimentación e informadas sobre los avances en cuanto a la promoción de la seguridad alimentaria de las instituciones integrantes de las IAL.

Por otro lado, dirigentes (hombres y, sobre todo, mujeres) de las organizaciones sociales fortalecieron sus capacidades de liderazgo en seguridad alimentaria, generando habilidades para la elaboración de 4 iniciativas productivas que presentaron a las municipalidades, haciendo seguimiento para su financiamiento a través de fondos concursables que quedaron en espera debido al cambio de gestión municipal, si bien existe el compromiso de las lideresas de dar continuidad al proceso con las nuevas autoridades.

Finalmente, eventos virtuales como el “Conversatorio: Alimentación sana y saludable, un derecho fundamental para las personas”, al que asistieron 178 personas, contribuyeron a fortalecer la institucionalidad al promover la seguridad alimentaria de la mano de especialistas del sector y de la misma población. Asimismo, espacios como la página web han puesto a disposición diversa información, visibilizando a través de material fotográfico, hojas informativas, folletería y videos, los avances en cuanto a la promoción y acceso a la seguridad alimentaria de la población vulnerable, siendo un espacio a disposición de las nuevas gestiones para continuar promocionando la alimentación sana y saludable.