Si bien el proyecto ha incidido a nivel de 15 comunidades campesinas del Valle del Sur del Cusco a través de los sistemas de capacitación y acciones de sensibilización sobre estrategias y técnicas constructivas para el mejoramiento de la vivienda y la mejora de hábitos de vida saludables, finalmente se ha ampliado su cobertura no solo a comunidades de altura sino también a comunidades de piso de valle y asentamientos urbanos de las capitales de los distritos de San Jerónimo, Saylla, Oropesa y Lucre, haciendo un total de 51 asentamientos rurales y urbanos beneficiarios. En siete de estas comunidades se han focalizado las intervenciones físicas integrales de mejoramiento en 35 viviendas, contando con la participación activa y los aportes materiales de las propias familias.

El modelo de intervención integral de mejora de la vivienda consta de: redistribución y funcionalidad de los ambiente de la vivienda; confort térmico, en especial de los dormitorios, mejora de las condiciones de salubridad del ambiente de la cocina con la instalación de fogones mejorados y puntos de agua al interior del ambiente, mejora de los servicios higiénicos con acceso agua caliente por termas solares, etc. Destacar que en este proceso participativo se ha promovido e impulsado a que las mujeres tengan mayor protagonismo en la toma de decisiones para implementar acciones de mejoramiento de sus viviendas y en el diseño y distribución de los diferentes espacios de la vivienda. Este modelo se ha constituido en una experiencia piloto que tiende a tener un efecto multiplicador y ser replicable en otros ámbitos de la región y constituirse en política pública nacional de acceso a viviendas rurales dignas y productivas.

Otros impactos relevantes del proyecto se resumen en la consecución de las siguientes metas: se ha capacitado a nivel de distrito y de cada comunidad a 377 personas en temas de territorio, riesgo y comunidad, vivienda digna, saludable y gestión de residuos sólidos, redistribución espacial de la vivienda, confort térmico y uso de tecnologías alternativas y uso de tecnologías tradicionales para la construcción y mejoramiento de la vivienda; 343 personas capacitadas en hábitos de higiene y limpieza de la vivienda; 80 familias adicionales han recibido asistencia técnica personalizada para iniciar el proceso de mejoramiento de sus viviendas. Complementariamente se ha trabajado el componente productivo con la capacitación a 54 productores en el manejo técnico de cuyes y el cultivo de hortalizas en invernaderos y a campo abierto, 38 familias han recibido asesorías técnicas personalizadas permitiendo en algunos casos mejorar los procesos y en otros procurar el inicio de la actividad productiva, etc. Como resultado de estas acciones se ha reducido en 31,43% la prevalencia de parasitosis y en un 27,55% la percepción de prevalencia de enfermedades diarreicas, y se ha incrementado la temperatura mínima en 3,04 ºC en la noche y 1.93 ºC en el día.

Finalmente se han desarrollado 11 talleres de capacitación para la elaboración de iniciativas de incidencia política en vivienda rural. Además, se ha realizado la transferencia de 7 iniciativas a las municipalidades del Valle Sur.