Hábitos de vida saludables y equidad de género
El estado de insalubridad de las comunidades y viviendas campesinas contribuye a que la población, en especial la población vulnerable como infancia, adultos mayores y mujeres, esté expuesta a peligros que afectan la salud y repercuten en su calidad de vida. La falta de acceso al agua saludable también condiciona los inadecuados hábitos de higiene personal, de la vivienda y el entorno, con lo que se retroalimenta el circulo vicioso de la pobreza que deshumaniza la situación de vida de las personas.
Desde el proyecto financiado por el Ayuntamiento de Montilla se ha prestado acompañamiento, monitoreo y asesoría a las familias para la adopción de buenas prácticas en el aseo personal y la limpieza de los espacios del hogar y las escuelas mediante visitas y aplicación de fichas de seguimiento de actividades. Así también se ha incidido en la sensibilización sobre los efectos del calentamiento global, la incorporación de la nueva cultura de ahorro del agua, la protección del ambiente y sobre todo reconocerse como ciudadanos y ciudadanas que ejerzan sus derechos y sus obligaciones.
En estas tareas, así como en la promoción de la equidad de género, la cooperación de las voluntarias de la Universidad de Granada ha sido determinante. A este respecto, se ha realizado el acompañamiento y seguimiento a mujeres dirigentes de organizaciones comunales para que puedan tener una participación activa en actividades como el curso de fontanería, foro de saneamiento, entre otras actividades.
Al término del proyecto se ha podido verificar que estas familias vienen realizando cambios de hábitos de aseo personal y de limpieza de su hogar y reconocen la importancia de estas actividades para su salud y bienestar. En palabras de la señora Olga Alvarez, de la comunidad campesina de Huassao, “están cambiando nuestras costumbres en la limpieza de los ambientes, la cocina, el patio de la casa, todo esto se mejoró gracias a las capacitaciones.”