Equidad de género y cultura quechua

Con este nombre se ha celebrado el primer curso taller dirigido a las 23 escuelas rurales andinas del Proyecto de Educación Rural Fe y Alegría de Quispicanchis, en Cusco, en el marco del proyecto de promoción de la educación desde la cultura local quechua para el ejercicio ciudadano intercultural, financiado por la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional al Desarrollo (AACID).

Durante dos jornadas de trabajo, 151 docentes de esta red educativa han abordado y profundizado en el enfoque de género, de manera que comprendan su importancia, se comprometan con la construcción de la equidad en su vida personal, familiar y profesional, y cuenten con las herramientas adecuadas para definir y construir una estrategia que asegure la transversalidad del enfoque en cada una de las escuelas a su cargo.

La metodología de enseñanza – aprendizaje parte de la experiencia personal de cada participante y está basada en la pedagogía activa, que pone al educando como centro del proceso, favoreciendo la autonomía y pensamiento crítico. Las lecciones derivadas de estos talleres trascienden hasta la esfera personal, como relata Herlinda Gutiérrez, profesora de la escuela de Ccoñamuro, cuando confiesa que “este taller me ha servido para valorarme cómo persona y compartir responsabilidades con mi pareja”. También la directora de la escuela de Ocongate, Rosa Phuño, matiza que “este taller me ha servido para realizar un cambo en mi vida y seguir trabajando y luchando contra la inequidad existente que nos hace tanto daño en nuestras vidas y por lo tanto, también en nuestro trabajo, entenderé mejor a mis niños y niñas”.

El propósito de este curso ha sido contribuir con la formación docente en equidad de género para que sea un enfoque transversal en la práctica pedagógica en un diálogo intercultural con la cultura quechua. En este sentido, Roxana Limachi, docente de la escuela de Umuto, afirma que “estos talleres siempre nos fortalecen cómo personas y profesionales, nos renuevan a seguir trabajando por nuestros niños y niñas y valorar nuestra labor docente, además que nos hace sentir importantes por ser descendientes de una cultura milenaria, importante y sabia.”