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Construcción de invernaderos en escuelas rurales del Cusco

113 padres y madres de alumnos de las escuelas en 4 comunidades indígenas ubicadas en zonas de ladera del Valle del Cusco participaron en la construcción y gestión de los invernaderos escolares durante el tiempo que sea necesario hasta la reapertura de la educación presencial.

La instalación de estas infraestructuras productivas ha sido posible por la financiación de la Diputación de Córdoba a través de los ayuntamientos de Montilla, Montemayor, Moriles y Santaella, y tiene como objetivo la mejora de la dieta del alumnado de las escuelas rurales del Valle del Cusco, especialmente afectada por la carencia de alimentos por la crisis económica generada por la Covid-19.

Las Asociaciones de Madres y Padres de Familia (AMAPAFAS) de las comunidades de Huasao y Choquepata del distrito de Oropesa, Huillcapata del distrito de Cusco y Suncco del distrito de San Jerónimo, organizaron jornadas de trabajo semanales aportando su mano de obra, cortando los árboles y preparando los rollizos de eucalipto, armando la estructura y el revestido del invernadero con agrofill y malla rashell; todas estas tareas bajo la dirección técnica del equipo promotor del Centro Guaman Poma de Ayala. La vocal de la AMAPAFA de Huillcapata, Margarita Huanca Mayta, señalaba que “el fitotoldo (que es como se conoce en la zona a los invernaderos) del colegio tenía más de 8 años sin mantenimiento y gracias al proyecto hemos vuelto a construir todo de nuevo, así seguiremos produciendo verduras y hortalizas para repartir a las mamás durante toda la pandemia”.

Estos invernaderos, muy apreciados por las familias campesinas, servirán para que, una vez que se inicie el trabajo presencial, la niñez utilice este espacio para el aprendizaje interactivo en materias relacionadas a las ciencias ambientales e incluso las matemáticas, mejorando la calidad del proceso de aprendizaje. En tanto se recomponga la normalidad, la producción de los fitotoldos está siendo distribuida entre los padres de familia contribuyendo directamente a la diversificación de la alimentación de los hijos e hijas que están desarrollando sus clases de manera virtual en sus viviendas.

La construcción participativa de los fitotoldos en plena pandemia y los compromisos asumidos han contribuido a generar espacios de cohesión y articulación comunal que han contribuido tangiblemente al proceso educativo duramente afectado por la pandemia. Madres y padres de familias se organizan conjuntamente con el profesorado para que sus hijos e hijas participen durante el proceso de producción en este tiempo en el que las clases presenciales han sido suspendidas.

La directora de la escuela de Suncco, Anghelina Pumacayo Calanche, destacaba el trabajo de las mamás y los papás para construir la infraestructura, “ahora están organizados y se harán cargo de que funcione aunque las clases seguirán siendo virtuales. Las hortalizas que se entregarán a cada familia ayudarán a mejorar la alimentación del estudiantado”, aseguraba.

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