Módulos de producción de hongos comestibles en barrios y comunidades de Cusco

En la ciudad de Cusco, a más de 3500 metros sobre el nivel del mar, un proyecto innovador está cambiando la vida de más de 60 familias vulnerables de tres comunidades campesinas y tres barrios periféricos, que enfrentan condiciones muy adversas y una persistente problemática de desnutrición infantil

Con fondos del Ayuntamiento de Córdoba, el Centro Guaman Poma de Ayala y la Fundación Social Universal, estos módulos fueron acondicionados mediante el encementado del piso y el forrado de paredes y techo con plástico, además de la instalación de dos claraboyas para garantizar una adecuada iluminación y asoleamiento. Con el espacio listo, la población en cada comunidad y barrio fue capacitada en el proceso de siembra de hongos, una práctica completamente nueva para estas familias de las zonas periurbanas y comunidades indígenas del Cusco.

Utilizando rastrojo de cosechas locales, las personas participantes aprendieron a esterilizar el rastrojo en sacos tipo red que se sumergieron en cilindros de agua donde se pusieron a hervir durante una hora. Luego en grupos pequeños, la población, utilizando equipos de protección (barbijo, guantes, cofia y mandil), ingresó al módulo de hongos donde se les enseñó a sembrar los hongos con el asesoramiento de personal especializado de la universidad local. Embolsaron el rastrojo esterilizado en bolsas plásticas colocando 3 capas de rastrojo esterilizado intercaladas con la semilla de los hongos, apelmazaron cada capa hasta tener una bolsa compacta o “panetón”, que procedieron a perforar en toda su extensión para asegurar que los brotes de hongos tengan el espacio para su crecimiento fuera de la bolsa. Durante las primeras dos semanas, los panetones se resguardaron para garantizar la germinación, tras lo cual se colgaron para favorecer su crecimiento, siendo monitoreados por el equipo semanalmente.