Reflexionando sobre la paz a través de la expresión plástica
El pasado 30 de enero, niños y niñas, mayores y medianos del Hogar de Tardes Mamá Margarita pusieron fin a una serie de actividades trabajadas en torno al Día Escolar de la no-Violencia y la Paz.
Las actividades en torno a este día tan especial en el HTMM, comenzaron una semana antes utilizando la expresión plástica para la construcción de una ciudad ideal según sus criterios. Al líder/alcalde de cada grupo se le proporcionó una caja con diferentes materiales que les facilitaría la construcción de su proyecto. En la primera fase de la actividad, los menores se coordinaron y pusieron de acuerdo sobre los elementos que debían contener sus ciudades para que fuesen perfectas.
Todos coincidieron en la idea de la seguridad de la ciudad, la garantía de servicios sanitarios y educativos, la prohibición de cualquier tipo de violencia y la importancia de espacios naturales para la conservación del planeta.
Tras una semana de duro trabajo en equipo y concluidas las ciudades, se dio paso a la elección de la ganadora. En primer lugar se reflexionó sobre las dificultades encontradas a la hora de trabajar en equipo durante esos días y la importancia de una comunicación asertiva.
Mi equipo al principio no estaba unido porque cada uno quería hacer una cosa diferente y no nos poníamos de acuerdo. Viendo el trabajo de los demás, incluso pensé en abandonar. Al final, hablamos todos y mejoró mucho el trabajo. Se nos ha quedad una ciudad preciosa. (Mihaela, 12 años)
A continuación, se decidió que el mejor modo de ver qué ciudad era la más completa, sería analizar qué derechos se hacían valer en cada una, de qué modo y cómo se podía apreciar. Fue un buen momento para reflexionar sobre los derechos y el modo de garantizarlos a toda la población.
Mi ciudad cumplía casi todos los derechos: salud, educación, participación, inclusión, alimentación, higiene, juego, etc. Pero es verdad que había ciudades que hacían valer más derechos que la nuestra. (Cristina, 12 años)
Tras casi dos semanas de duro trabajo, con la idea de reflexionar sobre la violencia, la necesidad de prevenirla y las consecuencias, a veces irreparables, de los conflictos armados, se anunció a los grupos la llegada de la guerra y la violencia a las ciudades. A modo de juego de rol y como premisa el azar, las ciudades fueron siendo destruidas y las algunas consecuencias fueron irreparables.
Yo, animé a mi equipo a que no participáramos en la guerra. Aunque nos destruyeran nuestra ciudad, nosotros no íbamos a destrozar la del equipo contrario. Pero al final, uno de mi equipo cayó y no pudimos evitarla. Yo me sentí muy triste, nos había costado mucho crear nuestra ciudad (Carlos, 12 años)
Finalmente, y guiados por una serie de preguntas que la educadora de referencia les iba haciendo, se reflexionó de manera conjunta sobre los problemas que acarrea la violencia, las consecuencias de ésta en la vida real y los beneficios de prevenirla y crear entre todos un mundo en el que reine la paz.